Un equipo de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático visitará la zona.- Los militares prometen aceptar más ayuda
AGENCIAS - Bangkok - 13/05/2008
La Junta Militar de Myanmar ha dado luz verde para que un equipo de expertos de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) visite la región sur del país con el objetivo de valorar los daños del ciclón Nargis.
El secretario general de la ASEAN, el tailandés Surin Pitsuwan, ha explicado que todavía no disponen de visados, pero las autoridades birmanas han asegurado que los funcionarios no tendrán problemas para acceder a las zonas afectadas en el delta del río Irrawaddy. La entrada de este equipo de expertos coincide con el envío del segundo avión estadounidense, cargado de medicamentos y comida, procedente de Tailandia. Una ayuda a cuentagotas mientras centenares de aldeas permanecen aisladas y los supervivientes no tienen nada que llevarse a la boca.
El régimen militar, que dirige con mano de hierro el país asiático, se ha resistido hasta el momento a dejar entrar en Myanmar a los cooperantes extranjeros. También, ocho días después del brutal azote del ciclón, se sigue reservando la potestad del reparto de la ayuda humanitaria, pese a las quejas de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales. “La Junta Militar está relajando sus restricciones, y eso es una buena señal”, ha dicho en un comunicado el secretario general de la ASEAN.
Expertos en gestión de situaciones de emergencias de la ASEAN se reunirán el próximo lunes en Singapur para acordar una estrategia común antes de viajar a Birmania, que ingresó en 1997 en el bloque regional. Pitsuwan ha negado que la ASEAN no haya hecho lo suficiente para persuadir a los generales birmanos para que éstos aceptaran lo antes posible la asistencia de la comunidad internacional. “Nunca es demasiado tarde”, ha asegurado.
Por su parte, los ministros responsables de la ayuda humanitaria de la Unión Europea se reúnen hoy en Bruselas para estudiar cómo intensificar la respuesta a la situación que sufre la antigua Birmania.
Hasta ahora, la Junta Militar reconoce casi 32.000 muertos y unos 30.000 desaparecidos por el ciclón, aunque la ONU calcula entre 63.000 y 102.000 muertos, 220.000 personas en paradero desconocido y casi dos millones sin hogar. Mientras tanto, el régimen birmano, a través de su poderoso aparato de propaganda, sigue ocultando a la población la auténtica magnitud del desastre y bombardea imágenes de su máximo líder, Than Shwe, y otros generales dando ayuda a los damnificados, pero no muestra ni menciona los miles de cadáveres que flotan en el delta.
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